domingo, 25 de mayo de 2008

¿Qué es el "Amor Verdadero"?


por Marchelo Mariño
relatorcero@gmail.com

La vida charla con el diccionario, con la NASA, con el corazón para averiguar que es el amor verdadero. ¿Pero la gente realmente sabe lo que es el amor verdadero?...

Vida: Hola diccionario, ¿cómo estás?
Diccionario: Bien.

Vida: Decime una cosita: ¿vos sabés lo qué es el amor verdadero?
Diccionario: Yhhhhhhhhh. Te puedo definir las dos palabras por separado, pero… “amor verdadero”, no tengo ni la más pálida idea de lo que es.

Vida: ¿Yo qué es el amor?
Diccionario: Es un sentimiento producido por la segregación de ciertas hormonas. Es una reacción química. También intervienen diversos factores emocionales y de gustos, preferencias, etc., etc..

Vida: ¿Así qué cuando alguien está enamorado está segregando?
Diccionario: Yhhhhhhhh, si. Así lo dice la Real Academia Española.

Vida: ¿Y verdadero qué es?
Diccionario: Todo lo relacionado y relativo a la verdad.

Vida: ¿Y qué es la verdad?
Diccionario: Ehhhhhh, ¿la verdad?

Vida: Si, la verdad.
Diccionario: La verdad se asemeja a la realidad. Es el antónimo a la mentira. Pero la verdad absoluta no existe.

Vida: ¿Por qué no existe?
Diccionario: Porque es relativa. Porque cada uno tiene su verdad.

Vida: Bueno, ¿pero no me podés definir al “amor verdadero”?
Diccionario: La verdad que no.

Vida: ¿Y quién me lo puede definir?
Diccionario: ¿Yhhhhhh, andá a preguntarle a la NASA que ellos saben de todo.
Vida: Bueno, gracias.

Narrador: Y allá se fue la vida, se tomó un avión y fue a preguntarle a la NASA que era el “amor verdadero”.

Vida: Hola, soy la vida y me mandó el diccionario a que le preguntara a Uds. Que era el “amor verdadero”.
NASA: Disculpe, no le entendí bien.

Vida: Les pregunté si Uds. saben lo que es el “amor verdadero”.
NASA: ¿El “amor verdadero”?

Vida: Si, el “amor verdadero”?
NASA: Esteeeeeee, déjeme ver. Ah, ya sé. Creo que es el nuevo trasbordador espacial inter-galáctivo que estamos por lanzar al espacio.

Vida: ¿Y qué es eso?
NASA: Es un nuevo proyecto que tenemos que cuesta alrededor de 788 millones de dólares.
Vida: Pero no, yo lo pregunté sobre “el amor verdadero”.

Narrador: Y la vida se quedó desconcertada. Ni el diccionario, ni la NASA, podían decirle que era el “amor verdadero”. Pero a un genio se le ocurrió que la vida, le podía preguntar al corazón. ¿Capaz qué él sabía?

Vida: Corazón: ¿vos sabés lo que es el “amor verdadero”?
Corazón: Si, claro que lo sé.

Vida: ¿Y qué es?
Corazón: Ah, no te digo.

Vida: ¿Pero por qué no? El diccionario me dijo que era una segregación de hormonas, la NASA que era un trasbordador, y vos no me querés decir.
Corazón: No, porque cada corazón piensa distinto a cerca de lo que es el amor verdadero.

Vida: ¿Y vos qué pensás?
Corazón: El asunto no es lo que yo pienso, si no, lo que vos pensás.

Vida: ¿Y cómo puedo hacer para pensar lo que es?
Corazón: Muy fácil, vas a tener que vivirlo.

Vida: ¿Y como se vive?
Corazón: Y se vive cuando uno se enamora.

Vida: ¿Y cuando uno se enamora?
Corazón: Cuando uno siente algo fuerte dentro de mí. Cuando uno se siente bien. Cuando no se encuentran palabras en los diccionarios para definirlo. Cuando uno siente que está volando en el espacio, sin necesidad de usar el trasbordador.

Vida: Pero dirime corazón: ¿qué es?, ¿qué es el amor verdadero?
Corazón: No sé vida, no sé. Lo vas a tener que sentir vos.

¿Somos un País de Idiotas?


por Marchelo Mariño
relatorcero@gmail.com

Nooooooooo!!! De ninguna manera, somos un país de “VIVOS”. Seguramente los número uno en exportación mundial de vivos…; o de “BOBOS”.

Somos un país de inmigrantes, mezcla del indio con el colonizador español, el próspero trabajo del italiano y las exóticas culturas centroeuropeas, que dieron otro matiz, a la hegemonía poblacionaria.


Exportamos año a año, día a día, minuto a minuto, cientos de personas, compatriotas que buscas otros horizontes, por el simple hecho de buscarlos. Aquellos que piensa que no hay nada que hacer en “éstas tierras”; que está todo perdido, que ni “Mandraque” nos salsa. Son aquellos ignorantes que no saben todo lo que luchó Artigas, no saben toda la sangre que se derramó para ser libres; no saben que la vida prueba al hombre para saber cuan fuerte es. Y una vez que lo probó, lo recompensa de acuerdo y en proporción al esfuerzo realizado. Pero ellos no saben…

Importamos “siempre” cinturones de cuero (cuando somos la mejor industria morroquinera en el mundo.

Compramos “siempre” casimires ingleses porque no es viable la industria nacional: porque no sabemos, que gracias a ciertos factores favorables, los casimires uruguayos son únicos en el mundo. Y los que compramos como ingleses, son, sacando la grifa y el carreta, pura y exclusivamente hechos por manos y materia prima uruguaya.

Vendemos “siempre” al bajo precio de la necesidad todo lo que nos cuesta sudor y lágrimas conseguir. Pero después nos quejamos, que vale más el remedio que la enfermedad.

Somos unos vivos bárbaros; demasiado vivos. Si nos colamos en el estadio y no pagamos entrada, ¡somos vivos!; pero gracias a nuestra viveza muchos obreros no perciben el jornal ese día por lo vivos no pagaron la entrada. Si vamos a hacer una compra y nos dan dinero de más en el cambio, no lo devolvemos. ¿Para qué?. La honestidad es cosa de otra galaxia o sistema planetario y estamos en la Tierra y somos vivos. Si sube al ómnibus una Sra. anciana o embarazada y estamos sentados, nos hacemos los dormidos y no le cedemos el asiento. ¿Para qué?, si la juventud nos va a durar toda la vida, toda la eternidad y la viveza también.

¿Pero somos un país de idiotas? ¿Qué es la idiotez? Los médicos la definen de la siguiente manera: “anomalía congénita caracterizada por la imposibilidad de desarrollarse intelectualmente”. Pero hay idiotas e idiotas. Nuestra idiotez no se basa en una anomalía congénita porque nuestro conjunto de genes no sufre mayores irregularidades. Tampoco la provoca la posibilidad de desarrollarse intelectualmente porque somos un país lleno de doctores -y “dotores”-, arquitectos, contadores, escribanos, oradores, opinólogos y millares de “payadores”. Apunta a otra cosa. A la men-ta-li-dad.

Vivimos del pasado en el presente. Rememoramos Maracaná pero ni siquiera soñamos con volver a vivirlo. Anhelamos el tiempo de las vacas gordas, pero nos comemos todo el pasto que ellas necesitan para engordar. Decimos que todo pasado fue mejor pero no especificamos cual. Para nuestros padres era el de nuestros abuelos; para nuestros abuelos el de nuestros bis-abuelos; para nosotros, el que nos inventan.

Como se dice vulgarmente, estamos “de la mente”, “de la nuca”, “del tomate”. Somos idiotas quizás porque nuestra mente falla.

Pero hay muchas clases de idiotas. Los que roban de traje y corbata y los que roban de jean y alpargatas. Los que prometen y no cumplen y los que cumplen sin prometer. Los que dicen que saben y los que saben en silencio. Los que viven como unos idiotas, quizás (o sin quizás) porque no saben vivir.

Vuelvo a plantear y a imprimir en éstas líneas el llamado a conciencia que hace el título. ¿Somos un país de Idiotas? Un psicólogo diría: “¿qué le parece? ¿y Ud. qué piensa?.

Somos vivos, demasiado vivos para serlo. ¿Pero no nos pasaremos de vivos por ser idiotas?

Los Uruguayos Somos Muertos de Hambre



por Marchelo Mariñorelatorcero@gmail.com

Decidí poner “somos muertos de hambre”, porque capaz que si me excluyo del título, peco de soberbio y poco humilde. Si vos hacés una reunioncita, todo el mundo viene a “darte un beso”, aunque tengas para invitar refuerzos de mortaleda y algún refresco de los baratos; pero si no “hacés nada”, te pegan una llamadita tipo las diez, diez y media de la noche, cuando tu cumpleaños está por terminar…

Me ha pasado en un caso personal, que me invitaron a una cena y no contaron que yo ya no voy a todos lados solo, que tengo pareja, que ya pienso y siento de a dos. Muy diplomáticamente dije que agradecía la invitación, pero que al tener pareja y todo lo que eso implica, donde no puedo ir yo con ella, no vamos ninguno de los dos.

No me seduce la idea gastronómica de ir a un tenedor libre y comer como un “cerdo” -como lo hacen mis queridos compatriotas- porque por ejemplo, en esos restaurantes no cocinan tan bien como lo hago yo que me considero un artista y tengo el título de Técnico en Gastronomía. Y por lo general, esos tenedores libres son de medio pelo para abajo, y no cocinan con el amor y el gusto que lo hago cuando cocino para me novia o para mi familia.

Lo que me seduce es el encuentro social, la charla amena entre las personas que se reúnen en una mesa para compartir además de la comida, un momento agradable, disfrutando de la mutua compañía.

“Me acuerdo que en muchas campañas políticas cambiaban un choripán y un vaso de vino por un voto.”

Me acuerdo que en muchas campañas políticas cambiaban un choripán y un vaso de vino por un voto. En Uruguay cuando queremos agasajar a alguien lo invitamos a comer y así cerrar un negocio o conquistar a alguien. Todo lo arreglamos con el estómago lleno. Estar bien atendidos es comer bien, es tomar bien, no importa si el mozo te tiró la comida por arriba de la mesa o si los refrescos y la cerveza estaban calientes. Importa la abundancia e importa que nos alimenten el “ego estomacal”. Como los helados de aquella heladería que eran horribles, pero gigantes a la vez.

El otro día fuimos al Mercado de la Abundancia y nos sentamos en una mesa. Estuvieron media hora en atendernos, y cuando lo hicieron nos cambiaron de mesa y pedimos tres vasos. ¿Tres vasos para qué? – nos preguntaron. Ahora viene un amigo y quiero invitarlo con un vasito de refresco, contesté molesto por la pregunta estúpida de una moza 100 % estresada por la cantidad enorme de trabajo, la falta de personal y la poca delicadeza para servir las mesas. Además, tuve que pedir una carta prestada y llevar yo mismo los vasos a la mesa nueva en la que nos pusieron.

Una hora después de habernos tomado el refresco tibio que nos trajeron y viendo que los espectáculos no continuaban pregunté: sigue el espectáculo o nos tendremos que ir. La moza nos dijo: no sé, la organización es un desastre. Y el servicio de Uds. también, le respondí como diciendo, vamos a no hablar de desastres. Es cierto, me respondió y agregó enfáticamente: “tendrían que levantarse e irse sin pagar…”

“Y yo pregunto, si los uruguayos que somos tan muertos de hambre, que sabemos que para decir: “estuvo lindo ese lugar” nos fijamos como estuvo la comida y la atención…”

En los restaurantes o cantinas, no saben que tiene que haber un comboy por cada mesa. El mozo muy apurado y sin ni siquiera pedir permiso, tomó el salero de nuestra mesa y se lo llevó. Cuando nos trajeron las aceitosas papas fritas, le tuve que pedir a la Sra. de al lado si no me prestaba el salero, ya que el mozo se lo llevó de nuestra mesa.

¿A dónde voy con todo esto? Al mal servicio que tenemos en Uruguay. Que unas simples papas fritas, un refresco de a litro y una cervecita chica salieron 180 pesos y lo único que sacamos en limpio de esa velada, fueron los cuatro tangos que escuchamos cantar con la amplificación de juguete que había, y el “olor” tremendo a frito que salía de la cocina de esa cantina.

Y yo pregunto, si los uruguayos que somos tan muertos de hambre, que sabemos que para decir: “estuvo lindo ese lugar” nos fijamos como estuvo la comida y la atención, ¿por qué no nos damos cuenta de que las cosas siempre hay que sacarlas bien, que los mozos tienen que ser amables, ya que nosotros los consumidores somos los que dejamos el dinero con el cual ellos viven.

“…Pero para hacer feliz a un hombre que tiene claro lo que quiere en la vida, no se lo hace feliz con un “comidita”…”

Pero también me pasó otro caso personal que quisieron arreglar con “una comidita”. Un día pedí que fueran a buscar a mi novia a la casa, la cual queda a 25 cuadritas de mi casa. Me dijeron que no, porque se desviaban de camino y que ella se tomara un taxi a casa que ellos me daban la plata.

No me llamo 50 pesos del taxi, ni tampoco me llamo como se llaman ellos ½ litro de nafta para ir a buscar a alguien que yo quiero, que no fui personalmente porque no me sentía muy bien y porque son menos de 10 minutos el trámite. Después de mandarlos a donde siempre mandamos a la gente cuando estamos enojados, me “invitan” otro día a “tomar algo” a mí, a mi novia y a mi abuela. Pero claro, el medio litro de nafta para venirnos a buscar y luego traernos, pesan mucho en un presupuesto que en el cual están incluidos los escoceses etiqueta roja.

¡Y me vienen a hablar de comida, quieren arreglar con una comida!. Para hacer feliz a un niño lo conquistamos con un dulce; para hacer feliz a un mendigo le damos un pedazo de pan viejo; para hacer feliz a un pobre, le damos lo que nunca tuvo. Pero para hacer feliz a un hombre que tiene claro lo que quiere en la vida, no se lo hace feliz con una “comidita”; porque esa “comidita” no está hecha con el amor y el cariño que la gente en general le niega a las personas que lo necesitan y que tienen el derecho a recibirlo.

¡¡¡ Basta de Uruguayos Muertos de Hambre !!!. Basta de precios altos a los productos básicos de la canasta familiar. Basta a los comerciantes que roban detrás de los mostradores. Basta a los que quieren legalizar la droga y el aborto porque van prendidos en el curro e indirectamente se van a beneficiar con la legalización. Basta de gente con hambre estomacal y de hambre espiritual por el mundo. Jesús el Nazareno, para nosotros los cristianos el hijo de Dios, un día dijo: no voy a regalarte un pescado porque tenés hambre, te voy a enseñar a pescar para que comas todos los días. Y vamos a hacer eso, enseñar a pescar a la gente con la cabeza, para que no le coman la cabeza por el estómago. Qué así sea…

Fútbol con Humor: Sacame dos Plateas Numeradas


por Piolín
relatorcero@gmail.com

¡Che piolo, sacame dos plateas numeradas para el Clásico! Ah bueno, ¿y con quién vas a ir? No tengo idea, pero necesito dos entradas para el domingo. Dale, decime, no seas tenaza, quiero saber en que anda mi hermano. Si te deja más tranquilo, no voy a ir con ninguna mina. Entonces, ¿vas a ir con un amigo? No, ni ahí, pero te reitero, necesito dos entradas para el partido.

Después de tanto insistir con mi hermano, y sin lograr sacarle una palabra, me rumbié pa´ la Olímpica y saqué tres entradas: una para mí (¡yo sí que iba a ir solo!) y dos para el gordo. Pero me seguía carcomiendo la idea de que mi hermano andaba en algo raro, que tenía una mina de canuto y no quería decir nada; capaz que estaría saliendo con un travesti; y hasta llegué a pensar: este hijo de puta no irá a revender la entrada en la puerta para desquitar la plata e irse a comer un chorizo con una malta a la salida. Y bueno, lo peor de todo es que sea verdad y que lo haga, aunque el médico le dijo que tenía prohibido los chorizos porque tiene el colesterol por las nubes y la malta porque engorda mucho.

Llegó el día del partido y a la una y diez pasaditas me bajo del 192 en la puerta del Museo del Fútbol como habíamos quedado. Una y cuarto, una y media, y el gordo no venía. Lo llamo al celular y me contesta agitado: ya estoy llegando. Y ahí lo veo, cruzando la calle, con un choripán en la mano y una botella de agua mineral (no tenía malta porque si no tenía que pagar el envase). Pero venía con un cargamento que me hizo acordar a cuando nos íbamos de veraneo a Parque del Plata, que llevábamos hasta el queso colonia para hacer las pizzas, íbamos cargados con si fuéramos de mudanza.

Gordo, ¿de dónde mierda venís y a dónde vas tan cargado? Al estadio piolo, ¿no me digas que no me sacaste las entradas?. Si te las saqué, ¿pero qué llevás en los bolsos? Nada, quiero ver cómodo el partido. Se me rompió el discman y me traje el huevito; traje el termo, el mate, el almohadón del abuelo, la bolsa con los bizcochos, cuatro pilas alcalina (por si me quedo sin batería, ¡viste!), la bandera que nos hizo la gallega, un rollo de papel higiénico para sonarme la nariz, y dos o tres boludeses más que llevo en la mochila. Pero gordo, los chanchos no te van a dejar entrar con tanta cosa, por ejemplo, no dejan entrar con termo y mate. Pará, -me dice el gordo-, me olvidé de las gotas para la nariz, no puedo entrar al partido. Pero para que tenés un hermano con recursos, yo compré unas porque estoy congestionado. ¡Pero mirá que sos boludo piolo!, traer las gotas al Estadio, no te enseñó papá que hay que viajar liviano…

Ah gordo, ¿para quién son las dos plateas numeradas?. Para mí piolo, no pensarás que voy a apoyar todo lo que llevo en la falda, ¿verdad?.

sábado, 24 de mayo de 2008

Comer en este País no es una Papa



por Marchelo Mariño
relatorcero@gmail.com


$ 22 (pesos uruguayos) sale el kilo de papas aproximadamente. Pronto dijeron que en la nueva cosecha, va a salir entre $ 40 y $ 50. Somos un país ganadero y la carne vale un huevo. Somos un país lechero y los lácteos son prohibitivos. Tenemos tierra abundante para cultivar y luego manufacturar lo que producimos y no producimos y manufacturamos nada. Seguimos pensando que somos la Suiza de América y jugamos siempre como cuadro chico. ¿Por qué será?...

Si Uds. supieran la cantidad de tierra en “santo botón” que tenemos en este maravilloso pero a su vez estúpido país, se agarrarían la cabeza. Cuando en el Mediterráneo cultivan en terrazas porque la tierra es escasa; cuando en Japón un apartamentito de 60 metros cuadrados vale 5 o 6 veces más que en Uruguay; mientras que no se pueden imaginar cuánto vale un piso en Europa o EE.UU.; nosotros nos damos el maravilloso gusto y placer de tener terreno sin poblar, sin cultivar, y en abundancia.

Es decir, tenemos casi 176.215 km2 casi “al cuete”, para que coman cinco vacas, y nos damos el extravagante lujo de mandar la lana cruda para que los ingleses hagan casimires y los vendan más caros que los nuestros, que dicho está de paso, los nuestros son los mejores del mundo.

“No me vengan a decir que los precios de los alimentos son caros porque somos chicos…”

Salís a comer con tu pareja y te gastás 300, 400 o 500 pesos, tomando gaseosa y muchas veces sin comer postre. Lo que pasa, que muchos filósofos dicen que somos chicos, y los que dicen que somos chicos no conocen ni sintieron hablar de lo que significa un país chico. ¿Quieren conocer países chicos? ¿Qué me dicen de Israel?, menos superficie que el departamento de Tacuarembó. ¿Y de Andorra?, con solo 70.000 habitantes. Yo le dije a un cyber-amigo que la gente que tienen en Andorra es un poquito más de la que nosotros metemos en el Estadio Centenario en un partido clásico. No me vengan a decir que los precios de los alimentos son caros porque somos chicos…

Somos chicos de mente y espíritu, somos un cuadro chico de fútbol que se conforma con no descender.

“Pero pregunto, no habría que hacer lo que hace tantos años hizo “el bocha” y tratar que los intermediarios ganen lo que realmente tienen que ganar y no lo que ganan en la actualidad.”

Antes, en los tiempos de mi madre o de mi abuela, la gente pobre comía puchero. Papas, boniatos, zapallo, otros tipos de verduras, carnes, chorizos y lo que le quisieran poner. El puchero criollo era una comida de pobres; igual que los guisos, los ensopados, los guisos de arroz, la polenta y los fideos secos. Ahora un puchero lo puede hacer solo la gente que tiene dinero para pagar lo caro que vale todo.

La lechuga la vendían a 15 pesos, pero al productor le pagan $ 45 por un cajón de doce lechugas. Y el fletero, el mayorista, el minorista, etc., se llevan todo lo que pagamos los consumidores finales. Pero claro, Pacheco era un dictador, cuando tarifaba los precios para proteger al consumidor. Pero pregunto, ¿no habría que hacer lo que hace tantos años hizo “el bocha” y tratar que los intermediarios ganen lo que realmente tienen que ganar y no lo que ganan en la actualidad?.

Por eso ahora un conocido restaurante de comida rápida está sirviendo en su carta el pollo empanado y a la plancha. Claro, el pollito es más barato que la carne que le dicen que les ponen a las hamburguesas. Y criar un pollo es más rápido que lidiar con una vaca. Por eso tal vez mañana, van a sacar los sandwiches de lechuga y huevo; lógicamente son más baratos que sacar un producto que tenga un poco de carne.

Acá dicen los grandes nutricionistas que hablan en los “programas boludos” de televisión, que hay que tener una dieta balanceada. ¿Balanceada? Y bueno, tendremos que comprarnos una de esas balanzas chinas para que sea “balanceada”. Porque si dicen que tenemos que comer: carne roja, carne blanca, pescado, cereales, verduras, proteínas, hidratos de carbono, frutas, pastas y bla bla blá, bla bla blá, y sabemos que comer en este país no es una papa; tenemos que decirles a eso excelentes referentes que dicen lo que hay que hacer si uno tuviera plata, que el uruguayo no tiene una dieta balanceada porque hace malabares y balancea el bolsillo, como un experto economista moderno del siglo XXI.

La Ventaja de Ser ANARCO en un país BUROCRÁTICO


por Marchelo Mariño
relatorcero@gmail.com


Primero tenés que ocupar o hacer las cosas “de pesado” y después reclamar la legalización. Anarquía significa: Ausencia de poder público. Desconcierto, incoherencia, barullo. El tema es, que una cosa sea poder público y otra cosa es que mucha gente abuse del poder que tiene. Internet es un medio de comunicación anarco y que camina contrariamente a lo que camina el mundo.

El único que escuché decir en un tango la palabra: pido permiso señores, fue a Julio Sosa. Acá nadie pide permiso de nada. La gente ocupa una casa, y si la ocupa por 5 años puede apropiarse de ella. Entonces señores, vamos a mandar a unos cuantos indigentes a apropiase de casas abandonadas y con la linda burocracia que hay en este país, no los sacás más de ahí. Entonces estamos ante un Proyecto de Ley que baja la propiedad en abandono de 30 años a 5. Entonces mi pobre hermano que está enfermo y tiene su casita desocupada porque trabaja todo el día en un almacén y vive ahí mismo, le ocupan la casa y listo. Qué le vaya a reclamar a “Peteco”.

Entonces estamos fomentando la anarquía. Que no hay poder que regule ni leyes que ordenen. A mi abuela le pasa un caso muy singular. Hace 25 años casi, un constructor al cual le cedió una propiedad a cambio de dos unidades en el futuro edificio que iban a construir, dio quiebra, en fin, estafó al Banco Hipotecario. El Banco nunca se hizo cargo de la deuda y se quedó con el terreno. Tanto insistió mi abuela, que le reconocieron la deuda y le otorgaron una unidad (solo una) en un edificio que construyó dicho banco. Pero… a esa deuda que tenían desde hace 25 años, le quieren aplicar el impuestito este, el cual significa que mi abuela jubilada, además de pagar la escritura, le pague a la DGI unos $U 38.000. Acá si a una persona la estafan, no pasa nada. A mi abuela la estafaron y demoraron 25 años es reconocerlo. Y después de eso, hay “opiniones encontradas” de que hay que pagar impuesto. ¿Y quién cuerno le pagó un impuesto por el tiempo perdido y la propiedad entregada?

“Si acá la Ley no es pareja para todos. Si acá vive mejor el que estafa y el que roba, que los que trabajan duramente para tener una vida más digna.”

Entonces, tendríamos que habernos metido en el terreno, construir nosotros una vivienda, y que el Banco Hipotecario le reclame a “Mongo Aurelio”. Total, si a los 5 años uno se apropia de la vivienda. Pero mi abuela no es anarca, es demócrata y creció en el Uruguay del Pepe Batlle, cuando esa especie de socialismo moderado, hacía crecer a una paisito pobre y sin gente.

¿Qué cuerno de país le estamos dejando a las futuras generaciones digitales que vienen detrás de nosotros? Si acá la Ley no es pareja para todos. Si acá vive mejor el que estafa y el que roba, que los que trabajan duramente para tener una vida más digna.

“Pero de ahí a que la gente se apropie de cosas que no son suyas y que después no puedas reclamar nada porque el propio sistema “avala” la apropiación indebida, es una cosa que no entra en mi raciocinio amplio y convincente.”

¿Justicia? Si Justicia acá en el Uruguay es una calle que nace por la Miguelete y La Paz y muere en el barrio de los judíos. ¿Justicia? Si los protagonistas de una guerra civil uruguaya, militares y tupamaros, asesinos y torturadores, andan por la calle sin ningún tipo de problemas, y muchos ocupan cargos en el gobierno. Me van a decir que este país es justo…

Que le den tierras que la gente no explote para que otros pongan trabajo y mano de obra, me parece bien, y entra dentro de una mentalidad solidaria y participativa. Pero de ahí a que la gente se apropie de cosas que no son suyas y que después no puedas reclamar nada porque el propio sistema “avala” la apropiación indebida, es una cosa que no entra en mi raciocinio amplio y convincente.

Acá se llenan la boca diciendo que Artigas fue nuestra prócer, que Artigas esto y que Artigas lo otro, y sus ideales se murieron a la sombra de un Ibiratitá. “Los más infelices serás los más privilegiados”, eso estaba muy bien. Pero de aquí a los más privilegiados sean los más infelices, esta idea anarca, déjenla para otros países más infelices que nosotros.

¿Crees que la única fuerza que mueve al mundo es el amor?

MARCHELO MARIÑO

MARCHELO MARIÑO
Un Hombre "Todo Terreno"

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Montevideo, Montevideo, Uruguay
Porque las ideas, siempre y cuando sean buenas y sean ideas, valen la pena. Por eso, cuando uno tiene ideas tiene "poder". Por eso respetamos el valor de las ideas. (Y con esto no queremos copiar una frase de una institución financiera)... Marchelo Mariño
 
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